domingo, 11 de octubre de 2015

Reencuentro

Y a tu encuentro he llegado nuevamente
luego de buscarte dentro por mucho tiempo.
Pero ahora vuelves con una extraña forma,
como un claustro, cuyas ventanas tapadas con cemento
se iluminan con blancas y artificiales luces.

Hay risas en ti, hay alegría, esporádica quizás,
quién sabe si mayor que la mía,
pero te has subordinado, y lo veo cuando bajas tu cabeza,
y hablas por lo bajo, sin mirarte, hablas despacito sin sentirte.
Porque en realidad sientes a un otro,
sientes por otro,
y te encierras en tu claustro, donde en algún tiempo
supe reír contigo, y hasta emocionarme.

Hoy vuelvo, y ya no quiero estar contigo,
no quiero soñarte,
traigo un papel en mis manos,
y una pluma para recordarte aquí,
en este escrito,
y ya no dentro mío.

Amén.

Y aunque lo intente
mis lágrimas caen por ti,
por por todos,
por mí.