El sol te ha encontrado aquí de nuevo. Pero ahora no hay solo una flor,
sino miles, que juegan con el viento y el oleaje del río, recibiendo la luz y
el canto de los pájaros. Ahora mil flores, y dos almas, mirando el gris de la
ciudad desde lejos, desde el viento, desde ellos, desde las abejas que besan
las flores, desde la sombra que produce una hoja, el pasto, o mismo una flor.
L.
L.