jueves, 25 de diciembre de 2014

Desde la abeja que besa una flor

El sol te ha encontrado aquí de nuevo. Pero ahora no hay solo una flor, sino miles, que juegan con el viento y el oleaje del río, recibiendo la luz y el canto de los pájaros. Ahora mil flores, y dos almas, mirando el gris de la ciudad desde lejos, desde el viento, desde ellos, desde las abejas que besan las flores, desde la sombra que produce una hoja, el pasto, o mismo una flor.

L.

Una hermosa libélula

Una hermosa libélula
me aparece torpe
al verla golpear contra el vidrio del living
intentando salir al jardín.

Algo extraño me recorre el cuerpo,
pues siento estar disfrutando de su desgracia
a la vez que me da una profunda pena.

Es enorme, de unos diez centímetros de largo
y sus golpes contra el vidrio
al compás de sus alas agitándose
generan un ruido importante.

¿Quién me estará observando a mí?
¿Contra qué espejos estaré chocando?
¿Alguien me estará gozando?
¿Me liberará?

El golpeteo ha cesado,
y la libélula quizás ya no tenga esperanzas,
le abriré la puerta,
a ver si me corre la misma suerte.


L.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Te has vuelto un niño

Amor, te has vuelto un niño.
Yo aún vivo ardiente.
Aún soy viento y agua
bajando frescos por la sierra.

Te siento lejos,
el deshielo comenzó
y libre bajo
mi último trecho al cielo.


Lucas C.

El colectivo se detuvo

El colectivo se detuvo,
también mis pensamientos.

La barrera baja,
el tren vuela a algún lugar.

Miro hacia afuera,
y colectivo aledaño,
descubro tu rostro
que ya no recuerdo.

Vidrios,
tan sucios
como blindados
nos separan eternamente.

Mirás fijo al frente,
no hay nada que hacer,
adiós.

Y no,
ahí viene otro tren.

De todas formas, nada haré.

Y arrancan los monstruos,
adiós.


Lucas

Gris del Miedo

Crece, como el gris entre el cielo.
Presten atención,
al gris del miedo,
que avanza sobre nuestro cielo.

Lucas

Desde la cama

Desde mi cabeza sobre la cama
veo mi cuerpo mutilado en partes sobre el suelo.

Salgo de mi habitación,
no es esa mi casa,
nunca he vivido allí,
no sé quiénes están tras las puertas
ni que estoy haciendo aquí.

¿Salir a la calle? 
Si está vacía.
Podría caminar kilómetros sin encontrar vida
salvo la Luna que me suplica le haga compañía.

Decido quedarme en la cama,
las partes vuelven a su lugar.

Mañana toca desayunar 
con la familia,
en la cocina de siempre,
con el amor de siempre.

Cierro los ojos para descansar,
se desvelan unas lágrimas sin razón,
y a lo lejos, diminuta,
resplandece una estrella 
en el fondo de mi habitación.


L.C

Tiempo

El Sol no es menos por retirarse a tiempo.
La Lluvia no es más por persistir día y noche.

El pájaro no cesa su canto a pesar del aguacero,
pero tampoco la flor busca florecer en invierno.

Hoy la luna nos ilumina
y traspasando la neblina 
llega a mi retina en forma de poesía,
para aquí quedarse 
y para siempre,
inspirar a mi pájaro
en su lento brotar.


Lucas Cordova

Después de una vida, me siento a tu lado

Después de una vida
me siento sobre el césped a tu lado.

Como cuando éramos jóvenes.

La sonrisa es la misma,
mi cuerpo ya no tiembla como entonces
y mis ojos se entregan sin pensarlo
a tu abrazo de roble suave.

Somos de nuevo vida,
me encuentro bajo el sol y a tu lado
como entre la luna y las estrellas
por la noche.

Sos luz en la ciudad,
soy vela en nuestro viaje.

Bellas risas en silencio
sienten todo nuestro querer.


Lucas C.

La No-Equivocación

La equivocación puede ser muy bien aprovechada. Tenemos que aceptarla, sin agredirnos a nosotros mismos y manteniendo la cabeza en alto.
Si realmente vamos hacia la liberación, no debemos percibir cierto acto nuestro como una equivocación, porque no lo es.Si estamos en el camino hacia la libertad, uno no se equivoca, sino que crece.
Y es impresionante la brecha que existe entre las diversas formas de canalizar un acto que nos ha generado un pequeño pero necesario malestar. O podemos considerarlo equivocación, tornándolo frustración y auto castigo, o transformarlo en aprendizaje, en crecimiento, que es para lo que verdaderamente ocurrió.


Lucas C.

Recibí el calor de Krishna

Recibí el calor de Krishna.
Recibí el calor de Cristo.
Recibí el calor de mi familia.
Recibí el del universo
y el de la madre tierra.

Recibo el frío del misterio.


Lucas Córdova

Quién creería

Quien creería, tarde acostumbrada, que al galope de mi bicicleta regalada, tras doblar la esquina y zafar glorioso de las garras de tres fieras enchapadas, tendría la suerte de divisarte tras las negras rejas de tu casa para, en cuestión de segundos, hundirme hasta lo más profundo de mi joven aljibe donde escondo el agua turbia que en la peores tormentas me rebasa.

Como desterrado por decisión propia, barría el hombre encorvado la hojarasca. Bastó que no me mirase para descubrir que hasta el cielo me engañaba. Su azul rostro de un resplandeciente gris maquillaba para, entibiando el invierno, acercarme la noticia. Noté entonces que el barrio estaba quieto, solo el viejo se movía.

El peligro presentí y no tenía tiempo que perder. El galope apresuré, pero fue inútil. Alcanzó el fugaz momento para que se abriera paso el verdugo de mis miedos y tras velarme el dulce sueño y orar por el viejo bajo el cielo, puso en duda mi existencia.

No me achiqué, di lucha intensa, y a fuerza de locura y resistencia, a carcajadas y abrazados terminamos riendo. No me pregunten más, prefiero no hablar de ello.

De pronto, como de tropiezo, retomaba la comedia el movimiento y por más que el viejo ni enterado, yo feliz de aquel encuentro.


Lucas Córdova

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Es como un rompecabezas

Es como un rompecabezas,
puede que siempre te falte una pieza
o puede que no,
dependerá de cada uno.

Para quienes se propongan armarlo,
indistinto por donde empiecen.
Tarde o temprano las mismas piezas todos habrán jugado
buscando armar la figura soñada.

Donde todas las partes
formen un hermoso paisaje
el cual se pueda contemplar eternamente
satisfechos del esfuerzo.

¿Casualidad el nombre?
Para armarlo romperás tu cabeza,
vencerás tus miedos,
romperás las resistencias.

No se trata de llegar primero,
puede que te olvides alguna pieza,
al final del juego no se venden
no importa cuánto tengas.

El juego es el armado,
y saber que siempre me faltará una;
no me desanima.

Al que diga haberlo completado,
no le creo nada,
que me muestre su figura.


Lucas 
Buenos Aires,Julio 2014.